Cebreros fue tierra de celtas; posiblemente los vetones pusieron la semilla de lo que hoy es nuestra localidad; de la época del Imperio Romano podemos citar que había un gran toro de granito que estaba a orillas del Alberche y era el límite entre la provincia de Tarragona y la Lusitana.
La primera referencia histórica real de la que tenemos constancia data de 1301, año en que Fernando IV cede a su tío, el infante Don Juan, la Villa de Cebreros; hacia mediados de ese mismo siglo se construyó la Iglesia Vieja.
En el siglo XVI hay que situar el estallido económico de Cebreros, ya que su situación geográfica la convertía en zona de paso del Camino Imperial de Toledo a Valladolid para comerciantes y ganaderos. En esta época se construyeron fundiciones de vidrio y madera que en su día abastecieron al Monasterio de El Escorial. Esta época de esplendor económico se vio frenada en el siglo XVIII por una grave crisis.
Del XIX cabe destacar la construcción de tres molinos para la fabricación de pasta de papel y uno para la fabricación de curtidos y la proliferación de almacenes ya que es en esa época cuando la explotación de las viñas empieza a tener mayor relevancia. En el siglo XX comenzó el abandono del trabajo en el campo, surgieron las industrias y se convirtió en la segunda residencia de los emigrantes y de muchos turistas para los fines de semana y las vacaciones.
Datos históricos
Cebreros fue el lugar donde se redactó el texto definitivo de la Concordia entre Isabell la Católica y su hermano Enrique IV de Trastámara que daría lugar al famoso Tratado de las Bulas del Estofado por el que Isabel era heredera de la Corona de Castilla.
Adolfo Suárez, por su labor en la Transición española y otros personajes históricos han dado lugar a la historia de la ciudad.
Como figuras culturales, Cebreros cuenta con destacados artistas y escritores, como D. Hermenegildo Martín Borro y A. Moreno Espinosa. Ambos dan nombre a las escuelas de la localidad.
El Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, escribió en esta ciudad la quinta y última versión de La Colmena. Felipe Doyagüez Chico como finalista del premio «Rielo de Poesía Mistica» y el pintor Félix González, entre otros.